En el S.XX el capitalismo se basaba en la supremacía de los shareholders donde los beneficios eran para el inversor y el fundamento de la empresa era sobre todo la rentabilidad.
En cambio en el S.XXI nace el Capitalismo Consciente, donde el protagonismo lo tienen los stakeholders, donde los beneficios son para el inversor, trabajador, cliente, proveedor, partner, sociedad y medio ambiente y el fundamento en la empresa es la rentabilidad, las personas y el planeta en general.
Este movimiento está impulsado por Raj Sisodia, académico y autor de numerosas obras sobre CC (India, 1958) y John Mackey, fundador y CEO de Whole Foods Market (EEUU, 1953).
Muchas son las empresas que destacan que los negocios con futuro serán aquellos que sepan incorporar esta nueva mentalidad sobre la gestión empresarial.
Entre los líderes están, John Mackey (Whole Foods Market), Larry Page (Google), Tony Hsieh (Zappos), Idili Lizcano (Alqvimia) y Cristóbal Colón (La Fageda).
Los 4 principios del Capitalismo Consciente son:
Propósito. Las empresas conscientes tienen objetivos profundos que van más allá de la rentabilidad, un propósito elevado que inspira e implica a los empleados, clientes, proveedores, socios, etc..
Liderazgo. En los negocios conscientes, el “nosotros” sustituye al “yo”. Los líderes se convierten en guías de los equipos, trabajan por el propósito superior de la compañía y se apoyan en valores como la confianza y el respeto.
Cultura. Las empresas conscientes se apoyan en la cultura como motor de éxito. Responsabilidad, confianza, transparencia, igualdad, integridad…son valores que subyacen a la propia estructura organizacional y que representan el eje conductor de la actividad empresarial.
Stakeholders. Las compañías conscientes no solo tienen que rendir cuentas ante los inversores, sino aportar valor a toda la sociedad. Estas empresas desarrollan estrategias “win to win” que generan más valor a largo plazo, lo que permite redistribuirlo sin trade-offs, evitando sacrificar los intereses de un stakeholder en favor de otro.
El capitalismo consciente aporta beneficios, como la mejora de los resultados financieros, la creación de sinergias y relaciones a largo plazo, mayor compromiso, satisfacción e implicación de los trabajadores y el resto de stakeholders, propósitos y sentido de empresa compartidos por los miembros de la compañía, aumento de la confianza y el crecimiento del espíritu innovador.
Es necesario porque la sociedad lo pide. Casi la mitad (48%) de la sociedad elige a las empresas como impulsores de soluciones para los problemas mundiales, por encima de los gobiernos. Sin embargo, siete de cada diez personas estima que el sector empresarial no está haciendo nada o muy poco por mejorar el mundo y el 76% de la sociedad considera que las empresas quieren conseguir rentabilidad aunque sea a costa de las personas.
Los consumidores lo reclaman. El 53% de los consumidores no confía en las empresas porque no tienen un propósito elevado. El 72% de los consumidores recomendaría una marca frente a otra por sus valores sociales y dos de cada tres consumidores entienden que la salud de las personas es una prioridad baja o media de las compañías de alimentación.
Los empleados lo necesitan. Tres de cada 4 empleados señalan a su jefe la parte peor y más estresante de su trabajo. El 68% de los trabajadores considera que las empresas no hacen lo suficiente para crear una cultura en el seno de las mismas y seis de cada 10 colaboradores desconoce cuál es el objetivo de su empresa.
Se benefician las empresas. Las compañías conscientes obtienen 10 veces más rentabilidad en el índice bursátil S&P 500 y los empleados de empresas conscientes triplican el índice de permanencia de las que no lo son.
Mientras las empresas de responsabilidad, los accionistas deben sacrificarse en pro de las mejoras sociales, tienen independencia del propósito corporativo, incorporan una carga ética a los objetivos de la empresa, tienen una tradicional visión mecanizada sobre los negocios y asumen que las buenas obras no forman parte del objetivo principal de la empresa, en el capitalismo consciente todos los stakeholders, incluidos los accionistas, están contemplados en los objetivos empresariales, integran un propósito elevado, reconcilian las metas de responsabilidad de cuidado de las personas y el planeta y la rentabilidad a través de sinergias mayores, cuentan con una visión holística donde las empresas son entendidas como sistemas adaptivos y entienden que estas buenas acciones están dentro del propósito elevado de la compañía.